29/7/08

Karajan en entrevista y documental


"O la belleza como yo la veo"

Con ocasión del centenario del director austriaco, ya recordado en esta santa casa, D.G. ha editado un documental (2007) dirigido por el prestigioso realizador Robert Dornhelm. Como es sabido, aunque quizá aún haya que recordarlo, nadie va a publicar un producto de este tipo para vituperar al protagonista. Con este punto de partida corresponde al talento y la honradez del realizador evitar que su trabajo caiga en la mera hagiografía. Dornhelm ha puesto ambas cosas en este documental, además de una evidente admiración hacia el artista. Pero quizá la novedad en un trabajo sobre Herbert von Karajan sea el afecto con que se acerca al hombre, en concreto al viejo Heribert Ritter von Karajan, casi inválido en sus últimos años, decepcionado, melancólico. Para el aficionado, acostumbrado a la imagen de esfinge que crearon la publicidad y él mismo, será incluso conmovedor enfrentarse a algunas declaraciones de este anciano: su bella metáfora de la orquesta como una bandada de aves cuyo rumbo no dirige ningún individuo; la anécdota de su encuentro casi póstumo con Leonard Bernstein ("Hablamos de cosas de viejos, enfermedades y achaques"); la expresión de su desasosiego ante la idea de un Universo caótico; su fe en la belleza como valor supremo. Porque es la Belleza el motivo conductor del documental (de ahí el subtítulo) y en el caso de su protagonista, fue divisa y obsesión; hasta la última nota tenía que ser bella: "Ha sonado como si cargaran sacos en un camión", acusa a su orquesta durante un ensayo de la Novena de Beethoven, refiriéndose al último acorde a los contrabajos en la introducción instrumental del Finale.
El otro punto de interés de la película lo constituyen los testimonios de artistas que lo conocieron: no todos elogiosos, pues más de uno alude, con mejor o peor intención, al carácter maquiavélico del artista: así Kollo ("Después de cancelar una actuación con él pensé que tendría que abrir un restaurante pues mi carrera estaba acabada") o Schwarzkopf ("Entornaba sus ojos azules y decía: Le apretaré los tornillos hasta que pase por el aro") Doble interés tienen las declaraciones de Christa Ludwig, que lo conocía desde su infancia, o la única de Gundula Janowitz: "La persona más solitaria del mundo".
Por tanto se puede decir que estamos ante un retrato sicológico, una búsqueda de las motivaciones artísticas y personales, más que una biografía. Ésta aparece esbozada para proporcionar más elementos al retrato: los casos incómodos (su nunca aclarado nazismo) no se omiten, pero tampoco se explican.

Un documento imprescindible para los interesados en acercarse un poco más al ser humano y al artista llamado Herbert von Karajan.

Las notas que acompañan el DVD las firma Richard Osborne, seguramente el mayor apóstol del director salzburgués. Se trata de una irónica autoentrevista de unas pocas líneas que nos sirve de excusa para recomendar un libro del crítico inglés: "Conversations with von Karajan", que precisamente recoge una amplia serie de entrevistas sostenidas entre 1977 y 1988. Osborne fue posiblemente el único crítico musical que obtuvo la confianza necesaria para entrevistar a der Gott en su propia casa. Esta posición privilegiada le permitía interrogar al Maestro (siempre con admirativa prudencia) sobre las cuestiones más delicadas, como su afiliación al Partido Nazi (Osborne apoya la teoría de un Karajan apolítico pero pragmático) y los oscuros años de Ulm y la posguerra vienesa (durante la cual reconoce haber pasado hambre) El libro además recoge sus opiniones sobre la dirección de orquesta - aparece aquí el obsesivo trabajador para el que nunca sobraba un ensayo - los grandes cantantes conocidos durante sesenta años de carrera (desde Lubin a Behrens) su amor por la música de Sibelius, su conexión con la ópera italiana, los directores admirados (Szell, Talich, Toscanini, Krauss, de Sabata, que es mencionado como "su mentor") y los denostados (es realmente duro con Erich Kleiber) mientras Furtwängler permanece envuelto en silencio, casi tanto como en el documental: en este caso sólo se menciona una reunión informal aunque es inconfundible como destinatario de la siguiente andanada: "Cuando comencé a trabajar [con la Filarmónica de Berlín] no eran capaces de tocar una fermata con todo su valor y sonido pleno". Es de especial interés el capítulo dedicado a las nuevas tecnologías, donde Karajan aparece como un clarividente partidario del formato audiovisual como medio no sólo de difusión, sino educador.

El libro fue editado en 1989, año de la muerte de Karajan, por Oxford University Press. Es fácilmente localizable en librerías on-line como Abebooks.com o Alibris.com.