Un breve recuerdo para Claudio Abbado, fallecido hoy en Bolonia a los 80 años. A lo largo de su exitosa carrera el director milanés abarcó un repertorio amplio con pasmosa regularidad, pero quizá sus mayores y más indiscutibles logros llegaron con la música del S.XX (tanto la germana como la rusa) y, sobre todo, con las óperas de Verdi. En este último compositor el nervio dramático de Abbado se combinaba con su maniático perfeccionismo revelando toda la potencia teatral tanto de las grandes explosiones como del susurro más sofocado. Era, además, un verdadero concertador en el sentido que sacaba lo mejor de cada cantante bajo su mando, unificando criterios, trabajando sobre el acento y el matiz vocal. Si tuvo que llegar él para convencer a los italianos de la grandeza de "Simon Boccanegra" y "Macbeth", no menos impresionante fue su parábola artística interpretando "Don Carlo" o la "Messa da Réquiem", obra ésta asociada a momentos estremecedores de su vida. Proponemos una audición del Abbado más joven, ese meteoro para el que parecía no haber límites.
Pavarotti canta Riccardo en Oviedo (1978)
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Aun cuando ya lo habían absorbido los grandes teatros de EE.UU, en 1978
Pavarotti continuaba actuando en "provincias", incluyendo en esta categoría
a dos c...
Hace 13 años
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