15/3/09

Los Peores (V): Geraint Evans

Geraint Evans fue un barítono galés convertido en paradigma del llamado actor cantante por la crítica anglosajona de los sesenta. Y paradigma sigue siendo: de como esta figura vocal acaba significando una teatralidad teatralidad falsa y tramposa como coartada de la incompetencia vocal.

El prestigio de Sir Geraint aún se sustenta dos importantes proyectos discográficos donde encarnó a sendos personajes cómicos: "Falstaff" con Georg Solti y "Die Meistersinger von Nürnberg" con Herbert von Karajan.
Como protagonista verdiano Evans cometió destrozos inauditos anteriormente y apenas disimulados por la estentórea orquesta que el director húngaro estimulaba a tocar más y más fuerte, particularmente al acompañarlo. Aparte de la voz pésima, robusta pero leñosa y gutural, ignorante de cualquier regla de la buena emisión, su pronunciación italiana apenas puede considerarse profesional, la prosodia es de caricatura y demostró un mal gusto y una incultura palmarias presentando al genial personaje como si sólo se tratara de un payaso dipsómano. Si existía el propósito dramático de ofrecer un contraste entre la vulgaridad de Falstaff y la distinción de los demás personajes (como piadosamente se ha querido ver) todo el contraste que se obtuvo fue entre el precario canto del protagonista y el excelente del resto del reparto.
Con el antipático Beckmesser Wagner pretendió reeditar la clásica parodia del mal cantante, lo cual exige en realidad una técnica consumada para sostener esta ilusión mediante un complejo juego de matices y colores. Al carecer de una base canora sólida la ilusión desaparece y sólo quedan la mueca y el berrido. El escribano así presentado es una especie de residuo de expresividad anticuada y caduca que Karajan - normalmente un concertador más talentoso que Solti - permitió o incluso estimuló para asombro perenne del oyente. En la Serenata difícilmente puede encontrarse algún pasaje de verdad cantado y sólo se necesitaba un cómplice como Theo Adam (Sachs) para hacer del árido dúo del Tercer Acto uno de los grandes agujeros negros de la historia fonográfica.

Al igual que Corena, Evans también ha dejado huella en los personajes mozartianos que, no se sabe por qué desgracia, se han asociado con este tipo de voz bufa prevaricadora: Fígaro, Leporello y Don Alfonso. La escritura de Mozart es tan despiadada con su falta de legato como el resultado con los oídos del oyente.

Entre los agravios que se suelen denunciar en el diccionario "Le grandi voci" destaca la presencia de Geraint Evans. Las razones por las que Celletti lo incluyó en detrimento de cantantes como Taddei o MacNeil siguen siendo un misterio.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Quien es el imbécil que, en aras de su total ignorancia y falta de educación musical hace estos comentarios? ¿Sabe siquiera leer un pentagrama o cantar una canción infantil? Seguramente, para él Karajan, Solti, Abbado, Giulini, Barenboim, Klemperer y los demás son unos asnos analfabetos. Qué pena que seres estúpidos escriban idioteces en la web. Soy músico: director de orquesta y tenor. Admiro a Corena, Alva, Evans. Y deploro a los ignorantes. Me llamo Jan Swayne, mi mail es j.swayne.g@gmail.com

Gino dijo...

Estimado Mr. Swayne:

Normalmente suelo ignorar este tipo de vómitos cibernéticos, pero con ud. haré una excepción.

En primer lugar le explico que la expresión "en aras de" equivale a "en interés de". Por tanto yo no escribiría mis comentarios "en aras de mi total ignorancia y falta de educación musical", sino a causa de ellas.

Después de esta pequeña lección que gustoso le he dado totalmente gratis, le invito a dedicarse con más intensidad a su carrera musical, de la que sólo se obtienen referencias a través de su propia presentación como "director de orquesta y tenor" en diversos foros y blogs.

Dice ud.:

"Admiro a Corena, Alva, Evans."

Sólo puedo expresarle mi sincera conmiseración.

Añade:

"Qué pena que seres estúpidos escriban idioteces en la web."

En esto estoy completamente de acuerdo.

Saludos.

Ricardo Marcos González dijo...

Desafortunadamente, los comentarios del señor Swayne demuestran que el ser músico no necesariamente es sinónimo de calidad moral. El tratar de “certificar” comentarios desde un punto de superioridad “soy músico, director de orquesta y tenor” es francamente un intento patético y falacia de razonamiento.

Al leer este blog, cualquiera que tenga la mínima noción musical puede darse cuenta que Gino tiene una cultura – preparación musical sólida que no necesita defensas.

La respuesta del señor Swayne (no me merece el respeto para llamarlo “maestro”) es típica de alguien que carece de un lenguaje suficiente para disentir o expresar sus puntos de vista con respecto a los artistas comentados en este blog. Una pena en verdad.

En ocasiones he diferido de las opiniones de Gino pero sus argumentos están muy bien desarrollados y escritos como para reaccionar de la forma burda en que lo hace Swayne.

Con respecto a Geraint Evans, es un artista al cual he tenido que soportar en diversas grabaciones en donde la mayoría de las veces queda mal parado. Me parece que sus incursiones en el repertorio italiano la mayor parte de las veces fueron mediocres. No es necesario ser músico para detectar su defectuosa pronunciación italiana y sus irregularidades vocales que incluyen un centro vacilante y desafinaciones. Otro ejemplo de su pésimo gusto cómico es su Melitone en la Forza del destino de Arroyo, Bergonzi, Cappuccilli, Raimondi de 1969 en EMI. De igual forma su Dulcamara (CBS) y en especial su Leporello en una grabación en lo demás buena (Orfeo 1972) dirigida por Karajan, con voz inestable y comicidad indigna de la elegancia de Mozart. Se podría decir que su Falstaff es uno de sus mejores trabajos quizá por la firmeza de su voz en comparación con su trabajo de fines de los 60’s y 70’s. Se queda corto con respecto a las prestaciones de Valdengo, Taddei, Gobbi y Fischer-Dieskau o Sarabia (en vivo) que están muy por encima en ese papel.

Gino dijo...

Te agradezco la intervención y los acertados comentarios

Un saludo, Ricardo.