16/8/07

Noches de Ópera: La donna del lago


Últimamente he tenido varias conversaciones sobre el Rossini serio en esos foros de dios, por lo que me comprometí a subir una versión que creo excepcional de "La donna del lago."
En esta ópera conviven como en pocas las distintas facetas de la personalidad de Rossini en la ópera seria: el virtuosismo vocal barroco, la gracia clásica y el naciente romanticismo.

El tema elegido, basado en la novela "The lady of the lake” de Sir Walter Scott, con su localización escocesa en la Edad Media, nos recuerda el interés del protorromántico "Sturm und Drang" alemán por aquellas latitudes. El bello preludio instrumental que inicia el Acto II (en el aria de Uberto) posee la elegancia de un Andante de Mozart, pero las llamadas de la trompa (muy presente desde el inicio de la ópera) desprenden un aroma romántico inconfundible. También hay coros de guerreros, manifestaciones de lo sobrenatural y una dama solitaria en el bosque.

Como último compositor del belcanto puro, Rossini sigue fiel a las voces estilizadísimas, en particular al héroe adolescente encarnado (idealizado) por la contralto en travesti. La escritura de los cuatro papeles princiopales (en particular los tenores) contiene numerosas oportunidades de lucimiento en escalas vertiginosas, saltos amplios y ascensos al sobreagudo, pero también exige un dominio absoluto del canto elegiaco.

La Rossini renaissance vio florecer una generación de cantantes capaces de hacer frente a las exigencias del reparto tras más de cien años de olvido.


Lella Cuberli (Elena) es una de las voces de soprano lírica de agilidad más cualificadas para cantar el papel de la joven solitaria del lago. Voz fácil, dúctil y timbrada en el agudo, su solidez técnica es notable tanto en la lánguida cantilena de su primer aria, cuyo diálogo con el clarinete esconde una sensualidad incipiente, como en el exultante rondó "Tanti affetti". Si acaso se puede señalar que las caídas al grave no son redondas, pero supera las frenéticas agilidades de la página con soltura.

Rockwell Blake (Uberto) ha sido identificado con la categoría de tenor contraltino, si bien no carecía de sonoridad en los graves. Una voz extensísima, de timbre ingrato por heterogéneo y no libre de sonidos afalsetados dudosos. Pero su dominio de las agilidades era pasmoso, las medias voces bien emitidas y el fiato inacabable, como demuestra en su gran aria "Oh fiamma soave", además concluida con una amplia messa di voce casi canónica ("Anela il mio cor")

Chris Merritt (Rodrigo) resucitó la figura del baritenore, cuya escritura vocal típica queda perfectamente definida en el espectacular recitativo "Eccomi a voi" con que se presenta: graves baritonales y sobreagudos, a veces pasando de un extremo a otro de la partitura sin notas intermedias, lo que se llama canto di sbalzo. Merritt puede acusar guturalidad en el grave y cierta desigualdad de color en la zona alta, a veces no exactamente cubierta ni emitida en falsettone (se deslizan por tanto sospechas de falsete en unos casos y del sonido abierto en otros, lo que resultó ser una bomba de relojería cuando comenzó a frecuentar otros repertorios, aunque es fácil decirlo ahora) Sin embargo se movía con soltura tanto por las agilidades como el canto tendido, recordando de esta forma al amante belicoso barroco ("Ma dov'è colei, che accende... Se a miei voti")

Lucia Valentini-Terrani aporta la pureza y calidez de su timbre de mezzosoprano grave, amplio y pastoso, pleno y penetrante en las agilidades, evocando así el de una contralto decimonónica. Su Malcolm es todo elegancia y púdica expresión amorosa en su "Elena! oh tu, ch'io chiamo!", donde el oboe establece un diálogo bellísimo y doliente con la voz (lástima el corte en la fuente sonora), pero no deja de exhibir en la acrobática cabaletta un registro grave impresionante ("Tutto è imperfetto, Tutto detesto"), mientras llega a la sublimación del dolor en "Ah, si pera: ormai la morte". Hay que reconocer que existe cierto distanciamiento en tanta perfección vocal y de estilo.

Harry Dworchach, algo engolado, es rotundo como el rebelde Douglas.

Además de los momentos referidos, es arrebatadora la potente escena entre Elena, Rodrigo y Uberto ("Parla...chi sei?"), transmitiendo las endiabladas agilidades la violencia entre rivales. La inspiración de Rossini vuela a gran altura en los dúos de Elena con Malcolm y Uberto, sutiles, pudorosos, alados.
Dirige Henry Lewis en París, año 1986. Buen sonido excepto los primeros minutos y el corte en el aria de Malcolm.


Sinopsis de "La Donna del lago".


Parte 1.

Parte 2.

Parte 3.

A juntar con HjSplit.


¡Disfrutadla!

4 comentarios:

]MeGalOmAnIaCk[ dijo...

Excelente... Disculpa mi ignorancia... Sabes donde puedo conseguir una traduccion de la opera Aleko de Rachmaninov... Que sea algo decente?... Mis saludos...

Gino dijo...

En internet no hay. Al castellano es difícil incluso comprando una edición original de la ópera.

Saludos de uno nacido en Venezuela.

Joaquim dijo...

Esta Donna, es una auténtica maravilla.
Muchas gracias.

Anónimo dijo...

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