28/1/09

Noches de Ópera: "Semiramide" made in America

"Semiramide" arrastra, por su desaforado virtuosismo barroco y su duración, la fama de plúmbea entre los aficionados. Sin embargo ha sido fundamental en la rehabilitación de la ópera seria de Rossini por la inmensa calidad de su música y su capacidad de cuento de hadas para asombrar. En "Storia del belcanto", Rodolfo Celletti lo expone así:

"Es comprensible que junto a Tancredi, las representaciones de "Semiramide" hayan suscitado el mayor consenso de todas las recuperaciones de óperas serias de Rossini. Sabemos que Rossini siempre soñó con una huida de su propio tiempo. En el paso de la tragedia de Voltaire al libreto de Gaetano Rossi, esta ópera adquirió de forma curiosa ciertas estructuras y características de la ópera Veneciana de finales del S. XVIII, como la grandiosidad de las escenas, el espectacular vestuario, el personaje principal legendario, los sucesos fantásticos, la evocación de las sombras de los muertos, la ambivalente pasión de Semiramide hacia Arsace, el reencuentro entre madre e hijo, la contralto travestida que recuerda algunas inflexiones del contralto castrado. Y en este contexto, la afinidad de Rossini hacia la transfiguración y la alegoría vocal resplandeció como nunca antes. Así, mientras por un lado el desarrollo de su genio indicaba que con el tiempo tomaría nuevas direcciones, por otro lado "Semiramide" fue algo más que el resumen de toda la ópera italiana que había compuesto. Fue la última ópera en la gran tradición Barroca: la más bella e imaginativa, quizá la más completa; pero también, irremediablemente, la última."

Durante los años 80 la ópera fue triunfalmente recuperada de forma definitiva para el repertorio, basándose en una generación de intérpretes que, al fin en todas las cuerdas, podían hacer frente a las desmesuradas exigencias vocales y estilísticas.

Al lado de tres de los elementos más valiosos de la Rossini Renaissance, una veterana Marilyn Horne sigue siendo un extraordinario Arsace veinte años después de su pionera grabación con Joan Sutherland. Lamentablemente parece empeñada en la exhibición (escúchese la cadencia de "Ah! Quel giorno ognor rammento") de una zona inferior demasiado refugiada en las resonancias de pecho, que además de tener un valor estético exiguo (suena abierto y áspero) introduce una fuerte desigualdad con el resto de su extensión, aun en muy buenas condiciones incluso en el agudo. Es difícil obviar estos problemas, ya que el papel incide continuamente en el grave, pero aun se la escucha con admiración por muchos motivos. El supremo control del aliento le consiente no sólo la regulación dinámica en cualquier tesitura, sino que las extenuantes escalas de sus arias surjan con cada nota claramente emitida pero todas ligadas como perlas en un collar. Un alivio para los oídos resignados a la coloratura glótica extendida por Bartoli. Horne exhibe con bravura su habilidad para el canto acrobático pero también domina el canto alado, mórbido y sfumatissimo de "Giorno d'orror".

June Anderson no poseía exactamente la voz de soprano drammatico d'agilità que exige el papel y que debía ajustarse a las características de Isabel Colbrán como a las de otra celebérrima Semiramide del S. XIX, Giulia Grisi. En la escena del "Juramento" y algunas agilidades di forza se percibe la alta de mordiente del registro grave y del propio acento (siempre uno de los puntos débiles de la soprano). Sin embargo en los pasajes donde ha de ofrecerse el canto purísimo de la soprano angelical de melodrama ("Bel raggio lusinghier", "Giorno d'orrore") Anderson exhibe un timbre dulce, casi paradisíaco, legato impecable, agudos timbradísimos y modulaciones subyugantes. Digna heredera, incluso émula, de Joan Sutherland, con quien tiene más de una semejanza en cuanto al timbre, menos squillante en el agudo pero más nítido en la zona media.


Samuel Ramey saltó a la fama precisamente con una serie de representaciones de "Semiramide" en Aix-en-Provence (1980), cayendo como un meteorito en el triste panorama rossiniano de las voces masculinas. Se comprende el impacto causado escuchando cada una de sus intervenciones como el intrigante Assur. En plenitud absoluta, exhibe su timbre compacto, aterciopelado y homogéneo, con ese toque ligeramente gutural que debía responder a su propia naturaleza y no a una impostación baja, pues técnicamente supera todas las dificultades como si no existieran. Su autoridad es total tanto en las agilidades di forza, definidas y timbradas (sus dúos con Arsace y Semiramide) como en el canto espianato de su aria "Deh!... ti ferma" (donde le falta algo de variedad dinámica).

Además de su acostumbrado virtuosismo, Chris Merritt le otorga a Idreno un carácter viril que las voces de contraltino con las que se le asocia no pueden ofrecer. Alterna sonidos timbrados de tenor romántico con otros un poco pálidos y cercanos al falsete, pero lo hace con garbo. Sólo parece en dificicultades para afrontar las escalas descendentes hacia el final de la segunda sección de "Ah! dov'è, dov'è il cimente?" (sic), que afronta con la noble bravura necesaria y gran seguridad en los numerosos pasajes de canto di sbalzo (un argumento más a favor del Idreno baritenore). En "La speranza più soave" muestra un fraseo con adecuados claroscuros (el smorzando de "soave") y acentos amorosos.

Los protagonistas, todos nacidos en los EE.UU., califican para nota por la calidad de su dicción italiana incluso en los recitativos.

El resto del reparto no desentona, excepto un espectro de Nino vociferante. Henry Lewis y las fuerzas estables del Covent Garden acompañan con la grandiosidad y la energía necesarias.

Existen algunas distorsiones en la transmisión radiofónica, una muy molesta al inicio de "Giorno d'orrore", pero son males menores para conocer "una de las joyas de la voz humana", en palabras del forero Inqui, quien tuvo la amabilidad de proporcionar la copia hace algún tiempo. Disfrutadla.

SEMIRAMIDE regina di Babilonia / soprano (June Anderson)
ARSACE comandante l'armate / contralto (Marilyn Horne)
ASSUR principe del sangue di Belo / basso (Samuel Ramey)
IDRENO re dell'Indo / tenore (Chris Merritt)
AZEMA principessa del sangue di Belo / mezzosoprano (Judith Howarth)
OROE capo de' magi / basso (Gwynne Howell)
MITRANE capitano delle guardie reali / tenore (John Dobson)
L'OMBRA DI NINO / basso (Matthew Best)

Royal Opera House Orchestra and Chorus, Henry Lewis
Royal Opera House, 15 de mayo de 1986



http://rapidshare.com/files/187719428/Semiramide_cd1.zip
http://rapidshare.com/files/187767799/Semiramide_cd2.zip
http://rapidshare.com/files/188066783/Semiramide_cd3.zip

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Escuchando, muchísimas gracias.

Por cierto, cambieme el link de los favoritos, que el blog tiene otro nombre y dirección :P

Gino dijo...

Hmmm, no conozco a ningún Beda y menos a alguienque pueda considerarse "venerable" :-)

Alejandro Martínez dijo...

Gino, te compro lo de la "coloratura glótica" de Bartoli.

Por lo demás, estupendo comentario vocal. Gracias. ;-)