13/5/10

Escuchas intempestivas: Schumann al rojo vivo


En el blog "De Domibus Eternis", entre muchas joyas de la historia grabada del piano, se puede acceder a un raro registro del Concierto para piano de Robert Schumann: a finales de 1948 dos de las mayores luminarias del S. XX coincidieron, quizá por única vez en sus carreras, para hacer música como pocas veces se ha escuchado. Al teclado Arturo Benedetti Michelangeli, el paradigma de pianista perfeccionista y apolíneo; junto a él su completo opuesto, quizá el director más dionisíaco que se haya conocido, el trágico Dimitri Mitropoulos. Al pianista italiano la irresistible capacidad de motivación del griego pareció galvanizarlo en esa ocasión, abandonando cualquier sombra de su habitual distacco. Ello no quiere decir que haya laxitud técnica por su parte: no importa la velocidad ni la potencia de los fortissimi, el sonido de B-M sigue asombrando por su plenitud de mármol. Un mármol que esta vez no se percibe frío e inmutable en su superficie, sino candente, al rojo vivo. Basta escuchar sus intercambios con la orquesta al comienzo del primer tiempo o la potencia de algunos acompañamientos de la mano izquierda. No falta, por supuesto, la legendaria elegancia del toque en los motivos líricos y en el tierno Intermezzo. Por su parte la dirección alienta los tempi urgentes y el uso del rubato, como en un discurso poético que se inflama y se remansa con abandono según la inspiración del momento. Romanticismo puro que le da al primer tiempo su verdadero carácter rapsódico. A pesar de la toma de sonido, se perciben detalles magníficos en la orquesta, como esas maderas que se lamentan con una dulzura arrebatadora en el motivo principal del Allegro. Una interpretación de fraseo incandescente y nervioso, nítido a pesar de la intensidad, que hace saltar por los aires esos intentos de "racionalizar" esta música que tantas veces sólo consiguen hacerla pesante, oscura y confusa.

El sonido de la grabación, por desgracia, está por debajo de lo habitual en estos registros radiofónicos de la radio de Nueva York. Una vez superada esta barrera, es una audición soberbia.


1 comentario:

quinto dijo...

interesante blog

te invito tambien a que descubras el mio

http://eldespertardelmusico.blogspot.com

saludos a todos