7/11/10

Tímidos románticos

Quinto concierto de la temporada con obras de Schumann y Brahms y un estreno.

Edmon Colomer, nuevo titular de la orquesta, abrió la actuación con el estreno de "La fragilidad del equilibrio", partitura encargada a la compositora jerezana Nuria Núñez. Consiste en un estudio de los contrastes entre cacofonía y silencio dispuesto en tres secciones de progresiva complejidad. Como suele pasar en estos casos, uno ni siquiera sabe valorar lo escuchado más allá de la sensación de inquietud, rango expresivo habitual de las obras contemporáneas.

La siguiente obra fue el Concierto para piano de Schumann, en el que se contó con el pianista argentino Nelson Goerner. Poco hubo del impulsivo romanticismo de la obra y hubo que conformarse con una orquesta tímida en los tutti, con unas maderas que tuvieron más interés que la pálida sección de arcos, y un solista pulcro que fraseó con sensibilidad los pasajes líricos.

La segunda Parte incluyó únicamente la Sinfonía en re mayor de Brahms. La intepretación recordó el trabajo que aún tiene por delante Colomer con su orquesta, que sólo mostró una sonido amplio y aterciopelado en los pocos momentos en que la familia de las cuerdas tocó con intensidad (por ejemplo en la recapitulación del Finale y su espectacular coda). Los chelos no aprovecharon la oportunidad expresiva que ofrece el maravilloso Adagio. Por el contrario la traducción de las sonoridades de cámara del Allegretto apenas dejó nada que desear. No se discute la planificación de la interpretación, pero fue un Brahms ligero y de poca profundidad, particularmente neutro en el primer tiempo.

Como nota al pie, no se entiende que para una hora y media escasa de música uno pase más de horas en el teatro debido a la excesiva pausa y la impuntualidad de la organización.

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