14/6/08

"O du, mein holder Abendstern"

Recientemente unos amigos nos propusimos una cata a ciegas de la “Romanza de la Estrella” que canta Wolfran en el tercer Acto de Tannhäuser. Ejemplo del Wagner más tradicional, cercano tanto al Lied alemán como a la escena y aria italiana, esta Romanza fue pieza favorita de los grandes barítonos de principios de siglo, quedando numerosos registros tanto en italiano como en alemán que son testimonio de una forma de cantar Wagner que se ha perdido. Las versiones que más nos gustaron fueron las siguientes.

Heinrich Schlusnus (1888-1952) fue el protagonista de la Verdi Renaissance (junto a Helge Rosvaenge) operada en Alemania en el período de Entreguerras. Voz de barítono kavalier, clara pero timbradísima, algo débil en el grave, su magistral legato y su dominio de las dinámicas en piano hicieron que J. B. Steane (“The grand Tradition”) lo considerara el auténtico sucesor de Mattia Battistini. Estas virtudes relucen en su magnífica interpretación. Tras un sobrio inicio de recitativo, Sch. canta realmente a media voz (mórbida, sonora) desde “Da scheinest du, o lieblichster der Sterne”, con la excepción de la conmovedora “vom Herzen, das sie nie verriet”, donde eleva el volumen con una espontaneidad y emoción que nos dan la clave de su arte: la sencillez, la falta de artificio de un canto que oculta su propia finura. Pasa así a un segundo plano la técnica y resta un fraseo lleno de un patetismo íntimo: basta escuchar su “wenn sie entschwebt dem Tal der Erden”, con un agudo en pianissimo, como si no quisiera quebrar el recogimiento de la melodía. Aunque toma aliento con discreción, su melisma en “ein sel'ger Engel dort zu werden!” está resuelto con una precisión y belleza insuperables. Sólo se permite un pequeño rallentando en la última “dort zu werden!”, acercando así, por la contención de medios empleados, su Canción más al Lied que a la ópera.

Heinrich Schlusnus


Diferente es el acercamiento de Herbert Janssen (1892 – 1965), quien compartía con Schlusnus una fonación clásica pero además canta aquí con la espontánea fantasía de los grandes barítonos del repertorio italiano. Janssen resulta más luctuoso que Sch. en el recitativo, debido en parte a un timbre más sombreado y pastoso, con un leve empaste gutural. No tiene nada que envidiarle en la media voz de “Da scheinest du, o lieblichster der Sterne” y además se permite un bello diminuendo al cantar “und freundlich zeigst ”. En la Canción su fraseo es más amplio y exteriorizado, con un rango dinámico un poco más fuerte (escúchese “wenn sie entschwebt dem Tal der Erden”) Es realmente mágica la conclusión (“dort zu werden!”) de un estilo genuinamente belcantista. El “Divino”, le llamaban.


Herbert Janssen


Alexander Kipnis (1891 – 1978), uno de los mejores bajos del S. XX, nos maravilla cantando en una tesitura baritonal . De hecho la negrura de su timbre, que sugiere personajes sacerdotales y venerables, resulta un poco chocante en las primeras frases del recitativo, pero inmediatamente (“Da scheinest du, o lieblichster der Sterne”) su media voz, clara y timbradísima, materializa la transformación en joven Minnesänger. Muy emotivo, hacia el final, el contraste entre la estremecedora “wenn sie entschwebt dem Tal der Erden, ein sel'ger Engel” (donde aprovecha su poderosa sonoridad) y el pianissimo de “dort zu werden”. Uno se pregunta por qué clase de desgracia los bajos ya no cantan así.

Alexander Kipnis


La figura de Dietrich Fischer-Dieskau (1925) requiere pocas presentaciones, ya que es uno de los cantantes más personales y prestigiosos del S. XX. Su acercamiento a la página presenta una característica esencial que le separa de los tres ejemplos anteriores. Schlusnus, Janssen y Kipnis compartían la misma preocupación de presentar en primer lugar una melodía, sombreada y modulada para adaptarse a la expresión que pide la palabra; F-D parece más interesado en transmitir el significado de ésta, con una meticulosidad que ha supuesto un profundo cambio en la forma de cantar el Lied principalmente. Este análisis del texto haberle exigido un tempo algo pesado (el más lento de todos los escuchado en el recitativo) que desgrana sílaba a sílaba (“durch Nacht und Grausen bangt!”) Conviene reconocer que esto no supuso que F-D empobreciera sus recursos cantados: ahí están el legato intachable, la media voz que mantiene en toda la gama, la impecable vocalización (“ein sel'ger Engel") pero se da una impresión más artificiosa que la que escuchamos a Schlusnus, como si se le impusiera a la melodía una nueva prosodia para acomodarla a las ideas del intérprete. Un ejemplo entre varios donde el contraste con Sch. desfavorece a F-D lo encontramos en “vom Herzen, das sie nie verriet”, que no resulta tan emotivo y poético por exceso de prolijidad. Aparte de que su media voz es sensiblemente menos timbrada y expresiva, llegando a clarear hasta sugerir el falsete (“Abendstern”, “dort zu werden”).

Dietrich Fischer-Dieskau


Wie Todesahnung, Dämm'rung deckt die Lande,
umhüllt das Tal mit schwärzlichem Gewande;
der Seele, die nach jenen Höh'n verlangt,
vor ihrem Flug durch Nacht und Grausen bangt!

Da scheinest du, o lieblichster der Sterne,
dein sanftes Licht entsendest du der Ferne,
die nächt'ge Dämmrung teilt dein lieber Strahl,
und freundlich zeigst du den Weg aus dem Tal.

O du, mein holder Abendstern,
wohl grüsst' ich immer dich so gern;
vom Herzen, das sie nie verriet,
grüsse sie, wenn sie vorbei dir zieht,
wenn sie entschwebt dem Tal der Erden,
ein sel'ger Engel dort zu werden!

Espero vuestras opiniones.

3 comentarios:

Mantoval dijo...

Las cuatro interpretaciones son extraordinarias, las modulaciones, las medias voces, los pianos y pianísimos, todo es tan sutil, tan leve, tan ingrávido, que responde a la perfección al texto y la música. Un texto de naturaleza mística, que se expresa a través de una música extática , hipnótica, narcótica, paradigma del romanticismo alemán, tan diferente al nuestro como lo son las nieblas del sol.
Para terminar , una traducción al español, por si alguien no entiende el alemán, así el comentario se podrá entender mejor:
¡ Como presentimiento de muerte , las sombras de la noche cubren la tierra, envolviendo el valle con manto enlutado
Y el alma impelida por sus deseos a esas alturas , se extremece de angustia antes de emprender su vuelo a través de la oscuridad y del horror!
Entonces ,apareces tú , estrella divina,lanzando del fondo del cielo tu suave luz ,tu dulce rayo entreabre la sombra de la noche
y muestra como amiga cariñosa ,el camino que conduce fuera de la villa.
¡ Ah ,estrella de la noche, te saludo siempre con gozo . Y del fondo de este corazón que jamás la traicionó, salúdala a tu vez, si la vieres volar lejos de este valle de lágrimas, en dirección a la morada de los bienaventurados ángeles"

vsb dijo...

A mí Fischer Dieskau me parece uno de los grandes prodigios vocales del siglo. Nunca escuché barítono igual, de tan depurada dicción, técnica y tan singular timbre (tan transparente para un barítono). Y eso que lo primero que le escuché, el Posa del D. Carlo de Solti, me pareció entonces extraño.

No me viene a la memoria ninguno otro igual, ni anterior ni posterior, si bien algún imitador le ha salido, como los efímeros Andreas Schmidt y Olof Bähr.

Ahí están sus extraordinarios ciclos liederísticos.

Felicidades por el blog que acabo de descubrir y un saludo.

Unknown dijo...

herbert esta increible, me gusto mas que Heinrich y eso que este es genial